El comportamiento anormal ha sido ampliamente estudiado a lo largo de la historia del hombre, estas conductas son juzgadas con los lentes de la época en la que se desarrollaban y lo que resulta patológico ahora, probablemente antes no lo era. Es por eso que se ha creado una disciplina llamada Psicopatología, la cual se encarga de dar explicación a los comportamientos “que salen de la norma”, es decir, patológicos.

La psicopatología se define como la parte de la psicología que crea investigación en temas de lo que no es considerado como saludable, es decir, lo patológico; existen diversos enfoques de lo que se considera “normal”.

El enfoque biológico se basa en la premisa de que lo normal es el correcto funcionamiento de distintas estructuras orgánicas, esto es sinónimo de salud, y, por ende, lo disfuncional en las estructuras biológicas llevaría a la patología. En el sentido de la psicología, la enfermedad mental se produce al existir anormalidad biológica en el sistema nervioso.

Otro enfoque es el estadístico, el cual busca crear patrones que permiten la predicción de los sistemas, utiliza instrumentos de medición estandarizados. Coloca a un grupo de sujetos en una curva de Gauss, donde los que se encuentran en la parte central de la curva son los estadísticamente normales, y los de las orillas son los que se encuentran fuera, los patológicos.

El último enfoque es el cultural, el cual habla de la diversidad que genera el contexto histórico y social en el que la persona se está desarrollando, es así que el profesional debe dar un diagnóstico basado en la experiencia individual del paciente y desde los múltiples factores sociales.

Es muy importante que se realice la Historia Clínica del paciente, documento en el cual se recopilan roda la información básica, así como pruebas, tratamientos, etc. En ella deben de estar incluidos los exámenes pertinentes, tanto físicos como mentales, de laboratorio o de gabinete, para poder descartar otras variables que puedan darle explicación al fenómeno que queremos estudiar. Posteriormente a la realización de la historia clínica, el profesional debe de tener la experiencia necesaria para poder dar el tratamiento adecuado al paciente que requiere la atención.

Todos los procesos mentales pueden presentar deficiencias, sin embargo, para su correcta aplicación en el momento de crear un diagnóstico, se han creado clasificaciones, con la intención de poder acomodarlos de acuerdo a sus características, así, la clasificación más básica es:

•Conciencia
•Conducta Motora
•Esfera Afectiva
•Esfera Cognitiva: atención, orientación, sensopercepciones, pensamiento, lenguaje y memoria
•Esfera conativa: voluntad.

Otra de sus clasificaciones es la que agrega los siguientes términos: psicosis, la cual hace referencia a la pérdida de la persona con el trastorno de la realidad; y la neurosis, la cual hace referencia a los trastornos más leves de los procesos cognitivos, conativos y motores los cuales florecen por conflictos o frustraciones. Dentro de esta línea se engloban los trastornos anteriormente mencionados y se crea como una subclasificación, por decirlo de alguna manera.

Es necesario que el especialista indague en el nivel de conciencia que la persona tiene acerca del trastorno que padece, ya que ésta puede modificar la capacidad de adaptación de la persona a nuevas circunstancias y afectar de forma negativa su vida.

A modo de resumen, es imposible creer que se puede llegar a un consenso acerca de lo que es considerado normal o patológico, y por ello es que el especialista debe tener en cuenta todos los factores biológicos, sociales y personales, y sobre todo la ética del psicólogo o psiquiatra, para dar un diagnóstico. También es necesario que tenga un amplio conocimiento de los trastornos y de las condiciones que cada uno debe de cumplir. La psicopatología es una herramienta que se usa dentro de la psicología y la psiquiatría para poder saber qué tratamientos han funcionado en otras personas para adaptarlos al paciente en cuestión.