Teoría de la Anomia

  • Por Equipo Expresión Forense
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  • 24 enero, 2022
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  • Criminología
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Émile Durkheim fue un filósofo que se interesaba mayormente en el funcionamiento social, desde el punto de vista de la colectividad, afirmando que las leyes sociales se diferencian de las leyes individuales. Fue, junto con otros autores como Marx, el responsable de consolidar la sociología como una disciplina académica. Su teoría fue posteriormente complementada por otros autores como Robert K. Menton, los cuales presentaron una forma más amplia del fenómeno y una sistematización en el uso del concepto.

En su teoría busca dilucidar el fenómeno de la criminalidad desde un punto de vista sociológico y afirma que la anomia no es la ausencia de normas, si no la pérdida de sentido de éstas y la desintegración social que esto conlleva; en otras palabras, es un estado de desregulación en el que tanto el colectivo como el individuo no tienen lugar ni pertenencia en la moralidad.

La anomia se encuentra directamente relacionada a la noción de regulación (la cual es el control de las pasiones a través de la internalización de los valores sociales e individuales), por ende, la regulación social se define como el papel que juega la sociedad en establecer límites a los deseos individuales por medio de definiciones normativas o emocionales. La desorganización (anomia) se presenta cuando ese órgano regulador (la sociedad) abandona al individuo poniéndolo en una situación donde ya no tiene ningún tipo de barrera ni límite normativo.

También está relacionada a la división del trabajo, ya que ésta, al entrar en periodos de crisis, disminuye la regulación moral de la sociedad, haciendo que los roles sociales ya no se encuentren en constante cooperación, desencadenando en niveles muy grandes de individualización, competencia cruel y nula cooperación.

Posteriormente Robert K. Merton complementó la teoría de Durkheim haciendo una diferencia entre la estructura social que define como la forma en que las clases socioeconómicas y las oportunidades de desarrollo se distribuyen en agregados sociales; y la estructura cultural la cual se dedica a definir los fines y especificar los medios legales e ilegales para obtenerlos.

Así, para Merton, la anomia nace del enfrentamiento de la disponibilidad de oportunidades, la necesidad de obtener el éxito socioeconómico y el desgaste de los medios legales para llegar a conseguir los fines. Se crea así una tensión entre las oportunidades limitadas y los medios validados socialmente para llegar a su fin. El ejemplo clásico con el que explica su contribución es el llamado “sueño americano”.

En él explica que las personas van ahí buscan el éxito financiero, sin embargo se topan con una pared al darse cuenta que las oportunidades son heterogéneas, es decir, que los ricos tendrán más oportunidades que los pobres, por tanto, los valores con los que llegan no corresponden con las condiciones objetivas: Esto provoca altos niveles de tensión que comienzan a difuminar la línea entre los que se debe y no se debe, logrando que los medios ilegítimos se vuelvan legítimos, incrementando así la probabilidad de que los índices de criminalidad sean mayores.

Ambas teorías han tenido críticas, en especial la de Merton ha sido criticada debido a que no hace un vínculo entre la situación anómica y las motivaciones personales para realizar un ilícito, así como que carece de sentido cuando se trata de extrapolar a un contexto que no sea el del sueño americano. Por su parte, la versión de Durkheim también ha recibido críticas y ha sido la que menos se ha utilizado después de que Merton realizara su complementación, ya que se considera que ha alcanzado el límite de su capacidad para explicar el fenómeno, por lo que se han buscado nuevas alternativas.

Ambas buscaron en su momento dar una explicación al comportamiento desviado desde la perspectiva de la desorganización social, sin embargo, cada una de ellas tuvo sus limitantes, aunque es necesario siempre recordar que gracias a este conocimiento es que se han desarrollado nuevas corrientes y perspectivas que han ampliado de forma significativa el conocimiento acerca del fenómeno de la criminalidad, y por ello, siempre es importante tenerlas presentes como una suerte de antecedente.


Referencias

Ramírez, L. (2013). El enfoque anomia-tensión y el estudio del crimen. Sociológica, 28/78), 41-68.
Vera, J., Bautista, G. & Ramírez, M. (2014). Efectos de la anomia, alienación y confianza en la conducta antisocial en jóvenes fuera del sistema escolar y laboral. Civilizar, 14(27), 155-164.