La Lesionología es la parte de la Medicina Legal enfocada en el estudio de las lesiones. El estudio de las lesiones puede llevarse a cabo desde diversos puntos de vista, por lo que con fines de mayor objetividad y claridad entre los médicos forenses, se hace necesario una clasificación que sea complementaria y permita un mejor estudio de las mismas.
De acuerdo con Patitó J. (2000) uno de los criterios de clasificación de lesiones es tomando en cuenta el aspecto con que se presentan al observador las mismas, estas se pueden clasificar en lesiones externas e internas, que a su vez se componen de otras. Dentro de las lesiones externas se incluyen las contusiones y las heridas, que a su vez clasifican en contusiones, apergaminamiento, excoriaciones, equimosis, hematomas, scalp, arrancamiento, decapitación, lesiones (cortantes, punzantes, contuso cortantes y punzocortantes). Por otra parte, las lesiones internas que podemos encontrar incluyen hematomas y hemorragias, derrames, laceraciones, desgarros, estallidos y fracturas.
Al identificar estas lesiones y clasificarlas, es de primer importancia que se realice una adecuada documentación fotográfica que soporte los hallazgos encontrados por el médico forense al momento de realizar su intervención, ante esta necesidad han surgido algunos sistemas de documentación fotográfica que pretenden facilitar esta labor (KISSsistem), dejando como único reto la adecuada identificación de las lesiones, es por ello que a continuación te hablamos de ellas.
El apergaminamiento, es una forma superficial de lesión producida por la comprensión sobre la piel originando oclusión de capilares y destrucción de la capa córnea, dando como resultado una lesión en color amarillento, de aspecto seco, parecida al pergamino, de allí su nombre.
Por su parte las excoriaciones son la resultante de un traumatismo directo sobre la piel causando la destrucción de los estratos superficiales de la epidermis sin afectar a la capa basal, produciendo una costra serohemótica y luego de un tiempo variable se produce el desprendimiento de la costra con restitución adintegrum de la piel.
Ahora bien, las equimosis, son el resultado de la aplicación de una fuerza externa que sin producir una solución de continuidad en la piel, destruye los vasos de la dermis generando una infiltración hemótica localizada, dando lugar a la formación de una placa cuyo color y forma guardan relación con el tiempo y con el objeto productor respectivamente. Un hematoma por su parte, comprende la acumulación de sangre en una cavidad neoformada y su tamaño dependerá de la violencia ejercida en su producción. Similarmente también pueden llegar a observarse acumulaciones superficiales de linfa, más frecuentemente en la región externa de los muslos y las regiones lumbares. Estas acumulaciones de linfa, a diferencia de los derrames sanguíneos, no fluctúan a la compresión manual y reciben el nombre de derrames de Morel-Lavallee.
Por otro lado tenemos las heridas o lesiones contusas propiamente dichas, caracterizadas por la solución de continuidad en la piel y tejidos subyacentes que se produce cuando se ejerce sobre la piel una violencia tal que vence la resistencia elástica de los tejidos.
El Scalp es el desprendimiento violento con arrancamiento y separación de los tejidos blandos que ocurre a nivel del cuero cabelludo quedando al descubierto la estructura ósea. Mientras que el arrancamiento consiste en la separación con violencia de los tejidos (extremidades).
Las lesiones internas, como se mencionó anteriormente, corresponden a cuatro clases principales. Los hematomas y hemorragias, que son de origen traumático y se observan frecuentemente en cerebro, cerebelo, pulmones, hígado y bazo. Los derrames, que por su parte comprenden la acumulación de líquidos en cavidades preformadas. Las laceraciones, desgarros y estallidos, en los que se produce la destrucción estructural por un factor traumático y las fracturas en donde se observará toda solución de continuidad del hueso de origen traumático.